Seguidores

martes, 25 de septiembre de 2012

Personas así, pocas hay. Y se van perdiendo. 


Miraba al cielo y sonreía. Sueños a montones tenía, y nunca dudo en hacerlos realidad. Voló cada día un poco más lejos, sabía que por algo había nacido aquí. Su meta estaba clara. Sufrimiento y dolor lo habían abrumado muchas veces, pero nunca estuvo solo. Dios jamás lo dejó. 
 Dijo que nunca volvería atrás, ya no podría después de pasar por tanto. Dijo que haría muchas cosas. Declaraba a cielo abierto su éxito, lo cual no estaba mal. Todabía no lo entiendo. 
 Me enseñó a no dudar, a creer hasta más no poder. Muchas cosas nuevas conocí, y aún dentro de mí, que no sabía que las tenía. Me enseñó a buscar cada día el conocimiento infinito de la Tierra y fuera de ella. Experimenté cosas hermosas, y ambos teníamos ansiedad por un mañana diferente e innovador. Pero lo que sobresaltaba entre tanto, era la firmeza de sus palabras, las cuales eran tan convincentes que uno nunca imaginaría lo contrario de lo que decía. 

 ¿Cómo una persona puede olvidar todo lo vivido en años, y volver a la cárcel interna sabiendo lo costoso que fue salir de ella? ¿Cómo una persona puede olvidar TODO lo que Dios hizo en uno? ¿Cómo una persona puede estudiar un libro de la A a la Z y luego ni reconocerla? ¿Cómo una persona con tanta fe, puede abandonar sus sueños?

Que buenas preguntas. ¿Tendrán respuestas? Sería lindo escucharlas. Quisiera saber qué ves hoy cuando te miras al espejo. Quisiera saber qué sentis cuando pasas por alado de tus amigos. Quisiera saber qué pasa por tu mente, sabiendo y siendo consciente de que estas caminando sobre un mar de vidrios. Quisiera saber qué hizo que pasara todo esto. 

No hay traba más grande en la vida, que uno mismo.