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martes, 14 de agosto de 2012

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Se abren los telones y una vez más debemos actuar. Solo los actores se dan cuenta de sus errores, y claro, nosotros que lo vemos todos los días. Desde el costado puedo ver los rostros, de cada persona, de las caras, de los gestos, de las diferentes formas de tomarse cada escena de cada público. Algunos chicos buscan simplemente pasarla bien, y con cada mínima gracia en la obra, descargan una risa fatal, como si fuera la última. Hay chicos que nunca vieron tanto color concentrado en un solo lugar y abren los ojos de par en par. No me imagino si viesen un arcoiris. Dudo que lo hayan visto. Los más grandes, los relajados, también, se ríen y algunos demasiado. Otros simplemente "llevan a sus chicos" pensando que solo es un teatrito. La verdad es que a lo que más les afecta es a los grandes abierto de corazón y mente, dándose cuenta que cualquier obra, te deja un mensaje o moraleja. Y digamos que ésta tiene una buena. Tiene una tan profunda que imposible irse in dejar de pensarla, sin dejar de reflexionar sobre la misma. En mi caso es diferente. Yo solo fui a cantar "lindas canciones". Luego de la primera semana de arduo trabajo, dedicación y esfuerzo, entendí lo que verdaderamente estábamos haciendo. Impacto en la gente. Terminé cansada, pero más que nada feliz. Feliz, porque al levantarme luego de cada función y escuchar las risas, los aplausos de la gente, sentís un gran amor. Damos amor por amor. No hay mejor intercambio. Lo más lindo es que esto no termina, quedan un poco más de ésta experiencia hermosa que estoy pasando. Este es el principio de una sección de mi historia...

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