No son las locomotoras, sino las ideas, las que llevan y arrastran el mundo.
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lunes, 15 de noviembre de 2010
Permanecíamos silenciosos junto al brasero, Hasta muy entrada la noche
,
comprendía yo nuevamente qué sencilla y frugal es la felicidad:
un vaso de vino, unas castañas, un mísero braserillo, el rumor del viento.
Nada más.
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