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lunes, 12 de diciembre de 2011

Resplandor de la magia.

Eramos 200 personas. Todos sentados sobre pedazos de árboles muertos, donde en el centro ardía más árbol muerto. Eso que le llaman fogón. El fuego es ipnotizante, nosé porqué. Será por los colores que cambian. El rojo, azul, violeta, naranja amarillo, que van rotando al azar y sin darte cuenta. Será el calor que llama la atención. Podría haber estado toda la noche allí, contemplando la hermosura natural. Quería estar sola, sintiendo el fresco de la noche de un lado y el calor del fuego del otro, y de algún lado más poder sentir tu mirada. Escojí mirar algo más ayá y te encontré, pero eso no podía perdurar. Busqué mirar algo más lejos aún y encontre un pedazo de cielo. Tantos árboles vivos no me dejaban ver las estrellas, pero encontré una mancha azul profundo que me dejó visualizar aquella grandeza. Pero no solo vi la oscuriad de la noche, sino que vi el resplandor de la magia. Un destello de luz pude persibir que iba de un lado terminando del otro. Y todo en ese pedacito de cielo que la vida me permitió ver. La estrella fugáz. Alguna vez escuché que si la veías debías pedir un deseo. Hice caso a esa ilución, cerré mis ojos, y una brisa se levantó dándome un pequeño escalofrio. El deseo fue pedido y creo que luego cumplido.
Era tarde ya, y las agujas del reloj no alcazaban a marcar la hora. Atravecé el bosque para llegar a la cabaña. Yo caminaba sola mirando el suelo, siguiendo mis pasos. Todos a mi alrededor con las linternas dándome un panorama donde no sabía si estaba drogada de tantos colores, o si era un paisaje de Avatar jaja. Hermoso.
Esa noche no dormi, porque no me dejaron y porque no podía. Creo que era lo de menos. Estar cerca de vos señor, es lo mejor.

1 comentario:

Johana dijo...

SE ME CAYO UNA LAGRIMA LEYENDO ESTA NOTA!! :')