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lunes, 13 de febrero de 2012

Consuelo

Soy una chica afortunada.
Conozco gente, tengo amigas y amigos que no creen serlo, no se sienten afortunados. A Martina se le murió la abuela, la vida se la llevó, y ella se enojó con Dios. Decidió nunca pisar una iglesia.
A Juliana le pasó algo parecido. Se le murió el mejor amigo, va se suicidó. Ella también se enojó con Dios. Se preguntaba porqué no le dio una mejor vida, para que no llegara a ese punto. No le interesa nada que tenga que ver con Dios.

Mi familia, toda mi familia cree en Dios,y somos felices con él.
Hace 5 años maso o menos, obviamente yo era más chiquita. Tenía 11,12 años. Era de noche, era de madrugada y el teléfono de casa sonó. No me levanté pero me desperté y escuchaba lo que hablaba mi papá. Su voz al atender fue fiacoso, ya que lo despertaban, pero su tono cambió a preocupación. Escuché que cortó, que se vistió y se fue. No le di mucha importancia al suceso, ya que tenía sueño y quería dormir.
A la mañana siguiente le pregunté a mamá donde estaba papá, y me dijo que vendría a la noche. Ella no estaba muy contenta tampoco. A la noche llegó, tal como lo había dicho. Estaba con todos los ojos inchados de tanto llorar, y su sonrisa ya no la veía. No me trataba muy bien y yo me asusté, porque no sabía qué le pasaba. Le pregunté y me dijo que la abuela se murió. Era su mamá.

Esa noche mi abuela estaba en su piesa, acostada. Ella no tenía una pierna, por lo tanto andaba en silla de ruedas. Tuvo 11 hijos. Creía mucho en Dios, era muy buena y quería ver a todos bien. Pero el día le llegó y no de la mejor manera. Un hombre desesperado por plata le quiso robar. Vaya uno a saber por dónde entró. Ella no tenía nada, él no le creyó. Le pegó en la cabeza y ella murió.

Una semana antes del suceso, toda la familia se reunió en la casa de la abuela. Cantamos, tocaron guitarra, acordeón, nosotras jugábamos con los primos, conocíamos tíos, charlábamos, mientras el asado se preparaba. A la hora de comer, nos sentamos los 30/40 que eramos. Mi abuela pidió un minuto de silencio para poder hablar. Ella dijo: Mi deseo más grande es poder verlos a todos en el cielo. Oramos y comimos.

Hoy puedo enojarme con Dios por habérsela llevado de esa forma. Puedo putear a la vida por dejar esta marca en la familia. Puedo buscar al hombre que la asesinó y yo hacer lo mismo que él. Pero no. Dios prometió no dejarnos solos, y así lo hiso. Trajo consuelo a cada uno de nosotros. Después de eso, todo fue mejorando, algunos llendo a la iglesia, nos unimos más como familia. Ella era una buena persona. Puedo estar contenta porque la voy a ver en el cielo.

:)

1 comentario:

CristianG dijo...

Es verdad debo... me acuerdo patente ese dia, y a la abu tambien... muy buena persona, al dia de hoy mi mamá me recuerda mucho a ella, era su idola la abu, se parece hasta en sus mañas mi mamá a la abu... me acuerdo de la abu que vivio con nosotros en mi casa comp 1 año... la disfrutamos y hasta nos peleamos con ella, ya que ella a veces nos hacia la contra a los chiquitos... se que no lo hacia de mala, solo queria que le demos la atencion que merecia...
Yo siempre me quede con las ganas de conocer al abuelo, porque no tengo recuerdos de él...
Los volveremos a ver en el cielo! :)