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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ayer leí un libro, de 130 páginas, en un día. Como verán estaba muy al pedo. Me gustó, porque te enseña el valor de las palabras. Las palabras "buenas" eran brillantes y titilantes, y las palabras "terribles" eran de color oscuros. Si uno guardara todas sus palabras en un almacén, podría darse cuenta si dice más buenas o terribles palabras. Hay que aprovechar cada momento que tenemos junto a esa persona, siempre usando buenas palabras. Sí, aveces uno se enoja, pero podemos decir palabras enojados sin que las palabras se conviertan en terribles. No pierdan el valor, ni digas te amo si no lo sentís, no digas te odio si no lo sentís. Hay gente que te dice que te quiere, y después ni le importa. Hay gente que dice no importarle, y después se preocupan por vos. Usemos las palabras como lo que de verdad significan.
El almacén de las palabras.

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