Luego de pensar mucho en amigos, me acorde de situaciones por las que pasé (que no las voy a nombrar por diferentes razones) pero no me arrepiento de ellas por más feas que hayan sido. Todas me ayudaron a crecer. Si uno no tiene problemas en la vida, no crece. Por eso, padres, dejen que sus hijos sufran aveces, jaja. Todos esos problemas, esas cosas que nos hicieron llorar, poner mal, tristes, nos trajeron duda, miedos, desconfianza, etc, todo ayudó para bien, para madurar un poco más. Seguramente, y sé, que gente pasó por cosas peores que yo, pero cada uno mide su daño.
Hoy puedo mirarme al espejo, y decir que soy feliz. Estoy contenta conmigo misma. Con todo lo que tengo, con todo lo que soy(obvio que tengo cosas que corregir). Tengo amigos, tengo familia, tengo lo necesario en material, y tengo madurez (en ciertas cosas) que sé que me ayudan a tener buenas decisiones, y principalmente tengo a Dios de mi lado, quien nunca te deja solo. Sinceramente, y no es de mala, me da pena por esa gente que es cerrada y no quiere escuchar. No saben lo que se pierden. Pero bueno, yo soy feliz. Y aunque no tuviera nada, ya con Dios estoy completa.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario