Caminar y pensar.

Día fresco, pero hay sol. No entiendo nada de lo que dice la rubia que tengo al frente o más bien no me importa. Siento el sol en mi nuca, veo la sombra de los árboles, gritos de niños del jardín y las voces de mis compañeros que participan en la clase. Yo no estoy ahi. Solo escucho mis pensamientos. Hay siertas cosas que me producen una incomodidad en mi ser, y se muy bien qué cosas son. Extrañarte es inevitable, más si estás lejos. Sentir que te tengo y a la vez no, que te quiero y a la vez no; o si, noso lo sé. Sentir este vacío espiritual tan grande como el aula donde estoy escribiendo. Sé qué es lo que tengo que hacer, pero una vez que te alejas, es difísil volver. Y después de 5 horas darte cuenta que eso que era hoy ya no es. Y ver como tu amigas se cruzan en el camino que es tu vida y asi como llegan se van. Y ver que hay algunas que se quedan tomando mate en ese camino con vos. Si, estas 3 cosas me incomodan. Pero digamos que en resumen es la realidad la que me incomoda. Fulero. Yo solo quiero ponerme mis ponys, mis anteojos de sol, agarra las llaves e irme a caminar y pensar (estas dos palabras nunca pueden estar separadas).